REFLEXIONES FINALES

Siendo sincera, este tema ha sido de lo más confuso. La filosofía me parece complicada de asimilar porque soy bastante clara y lógica, siempre necesito que las cosas me las expliquen de la manera que son y por qué son. Así de sencillo. No me gusta divagar por terrenos inexplorados porque me produce dolor de cabeza, pues mi cerebro trata de encontrar todos los puntos de vista posibles y sus argumentos y compararlos con el fin de encontrar una única respuesta.

Lo curioso de este tema es que, al contrario de lo que esperaba, me ha resultado extrañamente satisfactorio de investigar. No me malinterpretes, los dolores de cabeza han seguido su curso natural, pero la inquietud por saber más, por encontar el punto de vista idóneo, ha hecho que en cierto modo merecieran la pena. Lo cierto es que dar desde primeros de septiempre con la pintura metafísica hizo que no dejara el tema del portfolio a un lado por los siguientes motivos: primero, me gusta el arte y esta corriente en particular me pareció de lo más interesante; y segundo, tan pronto como vi Plaza de Italia con fuente me entró el deseo de, de algún modo, relacionar la pintura con la filosofía a través de una de las cosas que más disfruto: la escritura. Puede que no sea la mejor del mundo o que la idea no esté planteada del todo correctamente, pero no creo poder haber entendido el tema tan bien como lo he hecho por otra vía.

Haber contado con actividades tan inspiradoras como las planteadas a lo largo de la unidad me ha sido de gran ayuda a la hora de plantear la historia en sí. Desde el anuncio materialista de la cocacola–donde nació Pilade–hasta el esquema de los criterios de verdad. Todo a aportado un poco al mundo y a la idea que he querido transmitir a través del diario.

Sinceramente, tengo el presentimiento de que filosofía este año va a formar parte de mis asignaturas favoritas si sigue el curso en el que se encuentra encauzada actualmente. Y no miento al decir que estoy deseando saber que será lo que descubra en la próxima unidad.